Para entender la verdadera importancia de los hábitos saludables, a veces ayuda a hacernos algunas preguntas previas.
¿Alguna vez te has sentido desbordado mientras avanzas hacia tus objetivos? A pesar de que sabes lo que quieres, ¿alguna vez has sentido que ya no podías más?
No te preocupes: nos ha ocurrido a todos alguna vez.
Los hombres y mujeres occidentales vivimos proyectados hacia el futuro, como una flecha en un arco tenso. Siempre pensando en la meta, en el resultado.
Y eso nos hace daño. Pero mientras perseguimos ese futuro incierto, a menudo nos abandonamos a nosotros mismos, que en realidad es lo único que tenemos.
Por eso necesitas cuidarte y mantener hábitos saludables.
Porque necesitas aprender a estar bien contigo mismo aquí y ahora: en plena acción, cuando aún no has logrado lo que quieres. En medio de la incertidumbre del viaje.
Hábitos saludables: nos convertimos en lo que hacemos.
«Primero construimos nuestros hábitos, y después nuestros hábitos nos construyen a nosotros» —John Dryden
Los hábitos saludables están de moda. Hoy día, muchas personas cuidan su dieta para tener buen aspecto y sentirte más atractivos; otros hacen deporte como afición, o por puro apego a la competición. Y todos sabemos, de manera más o menos intuitiva, que el ejercicio físico nos ayuda a sentirnos mejor.
Pero existe una razón superior por la que debes cuidar tu cuerpo y tu mente.
En los últimos años, una serie de estudios ha venido a confirmar algo que los neurocientíficos ya intuían: que nuestro estado físico no solo determina cómo nos sentimos, sino también, en gran medida, quiénes somos.
Nuestra fisiología influye directamente sobre nuestros procesos cognitivos, sobre el modo en que percibimos la realidad. Y, por tanto, determina también cómo actuamos y los resultados que obtenemos.
Un estudio publicado en la revista Obesity en 2008, con una muestra de más de 2.500 niños, reveló que aquellos que tenían sobrepeso mostraron un peor desempeño en una serie de pruebas neurológicas y psicológicas a las que fueron sometidos.
En la misma línea, el reciente estudio TUDA elaborado con datos de más de 5.000 personas en Irlanda revela que la medida de grasa abdominal (ratio cintura – vientre) tiene relación directa con una disminución de las capacidades cognitivas.
Numerosos estudios están revelando también la relación de factores como el sueño y el nivel de actividad física con el modo en que tomamos decisiones, e incluso con enfermedades como la depresión y el cáncer.
En definitiva: nuestros hábitos saludables o perjudiciales, y nuestro estado físico (dieta, nivel de actividad física, sueño, adicciones, etc.) tienen una enorme influencia sobre cómo nos sentimos, cómo pensamos y, en definitiva, sobre cómo vivimos.
A continuación te presento los 7 hábitos saludables que he ido introduciendo en mi día a día, y que han transformado mis resultados y mi bienestar. Aunque no pretendo que sean una receta universal, los comparto contigo en el deseo de que te ayuden a mejorar tu vida como me han ayudado a mí.
1º) Meditación.
«Al centrarnos en nuestra inspiración, liberamos el pasado, liberamos el futuro, liberamos nuestros proyectos. Habitamos la respiración con todo nuestro ser. Nuestra mente regresa a nuestro cuerpo y nos encontramos verdaderamente ahí, vivos, en el instante presente» —Thich Nhat Hanh
Yo comencé a meditar en un momento difícil de mi vida. Acababa de perder a un ser muy querido, había dejado la empresa en la que trabajaba y me iba a estudiar a otro país. En aquella situación llena de incertidumbre y de retos que superar, la práctica de la meditación fue para mí un lugar seguro, un centro de estabilidad; y lo sigue siendo hoy día.
Me inicié haciendo un programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction), de 8 semanas de duración. Este programa, creado en 1979 por el psicólogo Jon Kabat-Zinn en la Universidad de Massachusetts, extrajo de la tradición budista la práctica del mindfulness o atención plena, la separó de su aspecto religioso, y la condensó en una formación adaptada a la mente occidental.
Su libro fundacional es Vivir con plenitud las crisis, que recoge muchas de las enseñanzas y experiencias del programa.
La formación consiste en dos horas presenciales de clase teórica y práctica de la meditación a la semana, más una práctica diaria que cada uno hace en casa. Es una de las mejores maneras de iniciarse en la meditación con todas las garantías.
Hoy en día, en cualquier ciudad de cierto tamaño puedes encontrar un lugar donde se imparta el programa MBSR: una búsqueda en Google te bastará para encontrar las opciones que tienes en el lugar donde vives.
El mindfulness o atención plena es mucho más que una técnica o uno de los hábitos saludables: es una manera de ser y estar en la vida. Es el arte de vivir conscientemente cada instante.
De aceptar el reto de vivir haciendo que cada momento cuente, sea de dolor y desesperanza, o de alegría y paz.
La práctica diaria de la meditación me dio serenidad; la capacidad de aceptar el presente tal y como viene, sin renunciar jamás a mejorarlo cuando es posible; y la presencia necesaria para disfrutar de las pequeñas cosas que te ofrece la vida.
Inicia una práctica de meditación, y no te arrepentirás: entre 5 y 20 minutos al día son suficientes para empezar. Con el tiempo notarás que eres capaz de mantener la calma y la lucidez en situaciones que antes te desequilibraban.
Pista: si meditas a primera hora de la mañana, los beneficios se extienden a lo largo del día.
"Juntos, transformamos tus desafíos en oportunidades y tus sueños en realidades."